lunes, 5 de noviembre de 2012

Aquel finlandés


Finlandía es conocida por su frío, por ser confundida con su país vecino y, para los desgastadores del fútbol por haber sido la casa y el país que vio nacer a Jerry Lithmanen.
En la era de Messi y Cristiano Ronaldo, en esta época de cracks mediaticos, que están presentes hasta en la sopa, que son vistos hasta el hartazgo en programas, propagandas y demás. El fútbol, como el mundo, se ha hiperglobalizado y conocemos de memoria la formación del Barça pero nos cuesta conocer los once de Lanús para el domingo.
Lithmanen tuvo su desarrollo en el Ajax de Van Gaal, quizás la sensación europea durante gran parte de la década del ´90. En aquel equipo se destacaban los hermanos De Boer, Van Der Sar, Overmars, Zenden, y el mencionado Lithmanen.
¿Por qué sacar del ostracismo a este jugador se preguntará Ud. distinguido lector? Por su técnica, su paciencia y por tener la particularidad de darle la pelota siempre a un compañero. Este volante creativo no solo jugaba sino que hacía jugar a sus compañeros y llevo a la selección finlandesa a creer, al menos por un momento, que participar de la cita mundialista era posible.
La estética del Barcelona de Guardiola y su continuidad con Villanova no es más que la utilización (optima por cierto) de la escuela holandesa, cambiando sus ejecutores y con un jugador de características inigualables, capaz de definir una jugada, un partido, en apenas segundos: Lionel Messi.
Para aquellos niños y/o olvidadizos, Lithmanen fue un jugador similar a Iniesta o Xavi, capaz de dar el pase justo en poco espacio, líder natural de la mitad de la cancha y poseedor de una cabellera por demás prominente, típica por aquellos años.
La camiseta blanca con rojos en el centro y el número 10 en la espalda, parecía quedarle grande, como si su estética no le importara, exhibía cierta desfachatez propia del buen jugador de barrio, pero impropia del lujo europeo. Yo crecí viendo su ocaso y hoy lo rescato del olvido.

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