Optamos que la mejor manera de recordar el viaje era por medio de dibujos y volamos con las acuarelas a cuestas. Este es el primero, en un bar muy chiquito en el barrio gótico donde comimos ravioles de berenjena, un hallazgo magnífico después de padecer lo que nos daba la aerolínea.
Este es de los más viejos, que lo disfruten,
Nacho
Me encanta! Sos lo más! Nanu
ResponderEliminarGracias Nanu! Para mi es una hermosa experiencia esto de compartir mis juegos de acuarelas. Me alegra que cause algo...gracias
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